sábado, 26 de julio de 2008

MAS BUENOS QUE MALOS

EDITORIAL

El jueves pasado a la madrugada, se produjo el final de una etapa del ya extremadamente largo debate entre los ruralistas y el gobierno. Ahora, corresponde analizar este episodio con mucha prudencia, para ver después si su resultado puede ser considerado un triunfo para nuestra Patria. Seguramente, en cualquier caso, fue un fracaso para quienes no creen en la necesidad del diálogo, ni del consenso. Pero, ¿esto alcanza para pensar que ha comenzado la estructuración de un Proyecto Nacional que nos conduzca hacia un país progresista, hacia un pueblo feliz, hacia una Latinoamérica unida Las primeras preguntas que aparecen en la mesa de trabajo, se refieren a las características que tiene este enfrentamiento.
1- ¿Se trata sólo de una discusión por el reparto de ganancias?
2- ¿Es una confrontación política por el poder, entre la oposición y el oficialismo?
3- ¿Lo que se debate es el tipo de sociedad que queremos?
4- ¿Estamos analizando cómo debe hacerse la distribución de la riqueza?
Sobre la primera pregunta, me llaman la atención las palabras de un senador: “antes de repartir la riqueza, debemos agrandar la torta”. No hay duda de que, si pasamos por alto la obviedad de que cuánto más haya para distribuir más se podrá distribuir, la expresión no nos trae buenos recuerdos. No sólo debe existir más riqueza, sino también la decisión política de repartirla. En caso contrario, volveríamos a la teoría liberal del “derrame del vaso lleno” con que nos machacaron durante los ’90, con las consecuencias conocidas: “Dejen que las empresas ganen, hasta que colmen el vaso de su riqueza, nosotros aprovecharemos el derrame para atender a los pobres”. El derrame nunca llegó; en realidad, ni cayeron las gotitas; salvo para algunos privilegiados que supieron situarse en “la vereda del sol”. Los vasos pueden llenarse, pero no parecen tener una capacidad límite después de la cual “derraman”, si alguien no se la fija.
Si la respuesta es sobre el enfrentamiento político Oposición-Gobierno, el panorama no es claro, ya que ambos lados ofrecen una política común: sumar apoyos, partidos, organizaciones sociales, etc.; votos en las elecciones, en el Congreso o gente en las concentraciones. Parece que alcanzara con sumar; sin que tengan importancia ni la ideología, ni los proyectos, ni los antecedentes de los que vamos juntando. Esto puede ser suficiente para impedir, pero nunca alcanzará para construir nada.
Si se trata de acordar una estrategia para asegurar el perfil de la sociedad que anhelamos, el punto de partida debe ser real. Todos los sectores deberían señalar con claridad cuáles son los objetivos que persiguen.
Por ejemplo, una sociedad liberal, donde la mano invisible del mercado solucione todos los problemas de precios, ganancias e impuestos y donde el Estado “deje hacer y deje pasar”. Es decir: que no se meta para nada, que no intervenga, que no regule, que no medie y, fundamentalmente, que no armonice ningún interés particular en beneficio del interés común. Los intereses se equilibrarán solos. Pero ¿y la armonía? O también se puede pensar en una sociedad solidaria en la que el Estado asuma el rol de gestor del desarrollo humano, para lo que -sin duda- debe actuar para lograr una mejor distribución de la riqueza. En fin: que cada sector exponga lo que crea más importante con una única meta: llegar a un consenso que nos proteja de crisis artificiales y nos ponga definitivamente en marcha. Por el momento, es posible que los resultados de ese consenso no nos satisfagan, total o parcialmente, pero -amigos- “la única verdad es la realidad”.Lo que corresponde es hacer nuestro aporte para inclinar la opinión hacia la construcción de una sociedad como la que anhelamos.
Como dice un verso español tradicional: “Vinieron los sarracenos / y nos molieron a palos. / Que Dios ayuda a los malos/ cuando son más que los buenos.” Recordemos que este debate que acaba de cubrir su primer capítulo en Argentina, arrancó por la imposición de mayores retenciones a las exportaciones cerealeras (la soja, en especial), hecho que la gente del campo consideró confiscatorio. Es decir se empezó debatiendo un tema de reparto de ganancias. Y luego con la llegada de los líderes políticos se transformó en un debate político-social de gran magnitud. Se despertaron todos los fantasmas del pasado y resucitaron fuerzas retrógradas que parecían muertas.
Tratemos de que los “buenos” sean más que los “malos”. Y que Dios nos ayude.

¿UN PROYECTO NACIONAL?

EDITORIAL

Los vaivenes de las discusiones entre el Gobierno Nacional y los ruralistas, ocupan la atención de la sociedad.
Por vías tortuosas, se estaría arribando a una conclusión, legal, razonable y beneficiosa para la comunidad en su conjunto. Dije se estaría.
Hemos comprobado que fueron necesarios mas de 100 días para que los actores del enfrentamiento , gobierno y ruralistas, pusieran en claro, de acuerdo a las leyes vigentes: que estaban discutiendo.
Se llega así al presente por ejemplo diciendo que: el problema es el Código Aduanero. Por que las “retenciones” no son un impuesto ,sino un pago aduanero.
Se ponen en la mesa de debate , los números concretos, de los beneficios que reporta el sembrado y cosecha de soja y se intenta mediante la participación de Congreso de la Nación encontrar una salida al conflicto.
Claro que al haberse avanzado, debatiendo sobre conceptos errados, los logros obtenidos no son del todo claros. Esto nos lleva a una reflexión importante. Es necesario que tengamos funcionarios, diputados, ministros, secretarios, que tengan conocimientos, aunque fueran elementales, de la legislación vigente .
Este es uno de los lados del problema. El otro, lado ha quedado muy claro. Es necesario formular un Proyecto Nacional, con participación de toda la comunidad. Un Proyecto Estratégico y táctico, es decir que tenga armado un proyecto de país, de sociedad, de comunidad, en grandes líneas de ideas y en cada sector un programa apto para que quienes sean integrantes del mismo, puedan desarrollar su actividad en armonía con las grandes líneas estratégicas.
Vamos hacia la Unidad de América del Sur, de América Latina, tenemos que pensar entonces, los caminos a recorrer, que van a ser nuevos, y difíciles. Estas dificultades pueden superarse, teniendo un plan, un proyecto , consensuado por toda la sociedad.
Las acciones gubernamentales de las ciudades, de las provincias, de las regiones, deben estar en consonancia con las líneas del Proyecto, tanto estratégicas como tácticas.
Creímos en una etapa de nuestra historia, que el Proyecto Nacional empezaba a construirse, pero los intereses sectoriales, políticos, económicos e individuales, hicieron que eso fuera solo una ilusión. Hoy gobierno y políticos (algunos) hablan de un Proyecto Nacional .Nos parece bien. Pero la base de la cual se parte para lanzar la idea, no tiene cumplidas la exigencias de un Proyecto en serio y de largo plazo. Falta el consenso de toda la comunidad, de todos los sectores. Es de esperar que de estos días de debate, enfrentamiento y ejercicio de las instituciones, surja la idea común en nuestros políticos de armar un Proyecto Nacional.
Los puntos a debatir han salido a la luz, ¿Queremos ser un paìs industrial, ganadero industrial, o agrario industrial? Ya fuimos durante mucho tiempo el “Granero del Mundo” dirigidos por empresarios extranjeros que se llevaron las ganancias fuera del país. ¿Queremos ser parte de una región fuerte ,independiente y solidaria dentro del concierto mundial de naciones?
Hay en nuestro continente, Petróleo, Gas, Alimentos, suficientes para sostener a una gran comunidad sudamericana, saludable, económicamente fuerte, y con una adecuada educación. Pongamos en la mesa de debate este tema central, : un Proyecto Nacional que nos inserte en el mundo con independencia, la solidaridad y la cultura .
Dejemos las rencillas internas que deterioran la convivencia, como un mal recuerdo de la historia, ya tenemos bastantes ejemplos desde 1810 a la fecha. Unidos, Organizados y Solidarios, los argentinos tenemos la obligación de darle a la comunidad, a Latinoamérica y al mundo un ejemplo de convivencia, paz y democracia. Tenemos las herramientas, nos ha costado mucho obtenerlas, no las desperdiciemos.

EL ACTO COOPERATIVO

EDITORIAL

En el principio del mes de julio celebramos el día del cooperativismo.
En este tema tan trascendente, debemos aplicar uno de los apotegmas del Gral. Perón,( que fue un cooperativista a todo trance, )que nos dijo “Mejor que decir el hacer, mejor que prometer el realizar”
Ubico aquí a Perón ya que durante su gestión presidencial, el cooperativismo alcanzó su pico máximo en cuanto a extensión desarrollo y reconocimiento, y por que el Gral. sostuvo siempre que los principios del cooperativismo, son iguales a los del justicialismo.
Y decimos que mejor que decir es hacer, por que las cooperativas, no solo deben publicitar los principios cooperativos, sino que deben ponerlos en acto, en práctica.
Este año yo personalmente recibo el día del cooperativismo con alegría y júbilo, ya que mi teoría sobre el acto cooperativo ha sido aceptada por la jurisprudencia nacional , obteniendo para el cooperativismo un triunfo histórico, ya que las cooperativas han dejado de ser consideradas como empresas comerciales `para el pago de impuestos. Con esto no se ha hecho más que reconocer la vigencia del art 4 de la ley de cooperativas que creó el acto cooperativo, como una particularidad propia de las cooperativas, distinta al acto de comercio.
Pero, en este día solidario, vayamos a la esencia del acto cooperativo. Nosotros decimos y hemos sido reconocidos por la Justicia ,que dentro de nuestra ley de cooperativas tenemos definido el acto cooperativo, célula primaria de nuestro del nuevo Derecho Cooperativo. El elemento primario que diferencia al acto cooperativo del acto del derecho común (comercial o civil) es la voluntad cooperadora libre y decimos que ella esta dirigida entre otras cosas a provocar efectos en el área de la Educación Cooperativa. La educación es ineludible en el sistema cooperativo, tanto que, si no se la practica, los actos que se efectúen con esa carencia no deben reputarse cooperativos
En estos días , en que al cooperativismo se lo cuestiona, se lo ataca, se lo intenta poner en el mismo nivel de tratamiento que las empresas comerciales abandonar la educación o falsearla, constituye un atentado gravísimo al Movimiento Cooperativo. . Aquellos que se titulan cooperativistas y no toman la educación cooperativa con la atención y el esmero que esta requiere, suelen ser los mismos que ante la poda de defensas y estímulos al cooperativismo, derraman abundantes lágrimas y se golpean el pecho ,culpan del mal trato al estado, al gobierno o a “sectores interesados
A estos debemos hacerles una reflexión. Señores: La educación, es un imperativo categórico del cooperativismo. no se trata de una cortina de humo para proteger buenos negocios. Los fundadores del sistema, cuando incorporaron la educación como principio para la unión cooperativa, fueron conscientes de la trascendencia que tal principio tiene en el desarrollo y progreso de los hombres. Desde la incorporación como principio, la educación ha significado un elemento diferencial preeminente entre el cooperativismo y el sistema comercial común. La esencia del sistema se funda en un sentimiento, una vocación de servicio hacia la comunidad, de tal suerte que , quien es cooperativista, no solamente hace negocios dentro del sistema, sino que intenta extenderlo a su comunidad para que todos aprovechen sus beneficios.
En nuestro país desde hace algún tiempo, el cooperativismo ha sido puesto en una encrucijada. Se le ha restado el apoyo de una politica impositiva coherente con el contenido del sistema y tambien se ha borrado toda consideración especial que atienda a su peculiar naturaleza. Hay buenas respuestas en el Movimiento Cooperativo Argentino. Pero, hay cooperativistas, que no han comprendido cual es la situación actual. Muchos piensan que el cooperativismo sorteará los escollos por simple acto de presencia, no es así.
Un cooperativista o una cooperativa, que no cumplan con los principios básicos que no sean modelo, ni ejemplo cooperativista,, ocasionan tanto perjuicio como si todo el conjunto fuera responsable. Así debemos entender la problemática cooperativa hoy, con los hechos puestos a nuestra consideración.
No esperemos que el vecino o la cooperativa de otro pueblo cumpla con los principios cooperativos .Hagámoslo todos y cada uno, de la misma manera que lo hicimos en los años de creación y de lucha.
Si el cooperativismo no educa y se limita a la esfera de los negocios, la comunidad no estará tan interesada en proteger al sistema.
Amigos cooperadores, la sociedad nos mira, el Estado nos analiza. En esta situación quienes sean cooperativistas deben afinar la puntería y quienes no lo son y se han escondido tras los pliegues de la bandera del arco iris, deben ser separados o neutralizados.
Como dijimos al principio, si estamos contra los falsarios, “ Mejor que decir es hacer”
A quienes tienen la vocación de lo pioneros de Rochadle, FELIZ DIA DE LA COOPERACIÓN, DE LA SOLIDARIDAD.