EDITORIAL
Estamos en mayo, el mes de la libertad. ¡Que bien nos sentimos o nos deberíamos sentir los argentinos al escuchar el nombre “mayo”! Hablar del espíritu de mayo, de la semana de mayo.
Pero no solo es el mes en que iniciamos nuestra vida independiente, mayo atesora el día del trabajador, el día de la constitución nacional, el día del himno nacional, de nuestra santa patrona la Virgen de Lujan, la escarapela, el Cordobazo, la libertad de prensa, etc.
Y si…es como recordar cuando uno llegó a la mayoría de edad decía Juan Carlos Carr, es que .mayo es el cabildo, es la gente en la plaza reclamando su participación en las decisiones del momento.
Empezamos a reflexionar, es como un mes de unión, de reencuentro y de repaso a las cosas comunes a todos.
Mayo es el mes mas propicio para juntarnos, todos los argentinos, para pensar juntos, para cantar juntos, para alegrarnos juntos.
Hay una tendencia de muchos a diferenciarse del otro, a dividirnos, a encasillarnos, en ideas, en partidos, en clubes de fútbol.
Desde esta programa siempre hemos buscado el dato, el momento, el héroe, que sirviera de modelo para unirnos, para que lo sigamos juntos,
Hemos buscado y lo seguiremos haciendo todo aquello de la historia que sea ejemplo de unión de los argentinos. Quizás nos repitamos, pero vamos a repetirnos cada año, con alegría, con optimismo, con la esperanza de caminar todos los argentinos unidos hacia un porvenir de felicidad.
¿Que podemos hacer para celebrar el mes de mayo, inicial de esta querida patria?
Como otros años volvimos a proponerles a nuestros vecinos a “embanderar la falda, a embanderar el corazón”
Nuestros colores patrios son un punto de unión de los argentinos, algo en que no nos diferenciamos, no nos dividimos, son un símbolo en que las diferencias se terminan y somos realmente hermanos de una misma patria de una misma bandera. El 25 vamos a reunirnos para recordar el día de nuestra libertad y a los héroes que supieron conseguirla
Recordemos una anécdota de aquel 25 de mayo de 1810. French y los vecinos habían elevado al cabildo un petitorio pidiendo la formación de una nueva junta, que supliera a la que el día anterior se había constituido con el virrey Cisneros a la cabeza. Aprobado el petitorio, algunos miembros del cabildo salen al balcón y el fiscal Leiva pregunta “¿donde esta el pueblo?” Ya que en la plaza había poca gente. Saavedra pidió, hacer sonar la campana del cabildo, o tocar el llamado a generala, para comprobar como el pueblo se acercaría a la plaza a sostener la formación de la junta de gobierno. Con todas sus fuerzas. Los vecinos estaban, en distintos lugares, en especial los cuarteles, esperando la noticia de la nueva junta, del principio de la libertad. Los cabildantes que estaban por leer los nombres de los integrantes de la junta, comienzan la lectura pero, por la lluvia la terminan en el interior del cabildo... El pueblo estaba representado en escaso número, a la vista, pero la mayoría, con el corazón latiendo de emoción, esperaba, a cubierto de la lluvia, la hora de la libertad, dispuesto a salir, a luchar por ella si fuere necesario. Saavedra dijo que hicieran sonar la campana del cabildo, pero esta no tenia badajo, roto el 1 de enero de 1809. Y si no hay campana que suenen los clarines, exclamó Saavedra. Lleno de jubilo .cualquier llamado que se hiciera haría que aquellos corazones palpitantes volcaran su voluntad en la plaza, en aquel día que es uno de los que nuestra historia nos muestra, como modelo de unión, de decisión, de voluntad de libertad. Como unidos pudieron levantar una nueva y gloriosa nación.
Por este ejemplo entre muchos más es que convocamos a los faldenses sin distinción de idea política, de religión, de raza, de nacionalidad, a que recordemos a aquellos patriotas con el respeto y la admiración que se merecen.
Embanderemos de celeste y blanco nuestras casas, nuestra ciudad y nuestros corazones.
