martes, 31 de agosto de 2010

LA ETICA EN LA FUNCION PUBLICA


EDITORIAL
El  programa del sábado pasado, donde contábamos, y nos indignábamos  por la ORDEN DE PAGO 2520, rendición de viáticos por viajes del SECRETARIO DE COORDINACION / GOBIERNO del municipio, en la que se detallaba: CHOCOLATE SHOT $ 3,20....PASTILLAS DRF $1,25.....TOBLERONE $6,50...BOMBON MARROC $ 3......PASTILLAS DRF ANIS $ 3,40.....PASTILLAS DRF MENTOL $1,40....PASTILLAS DRF MENTOL....1,40, volvió a poner sobre el tapete el Tema de la Ética en la función publica, y paralelamente que perfil deberían tener  y que requisitos cumplir los funcionarios y funcionarias públicos y sobre todo los valores que deben ser parte de su personalidad y de su actuación
Los primeros valores indispensables, que aparecen en esta descripción del funcionario o funcionaria públicos son:
La Honestidad. Se trata de un valor del espíritu, algo que nace del alma: Un hombre o una mujer honesto u honesta son justos, razonables, recatados, decentes, rectos. Este es quizás el valor más común, ese que decimos que es propio de todos los hombres y mujeres. Sin embargo en estos tiempos hemos venido repitiendo una consigna moderna que dice SER HONESTO ES SER REVOLUCIONARIO.
La honradez no debe probarse, se ve en el accionar de cada día, en la conducta en determinados momentos, en la justicia que se muestra en cada determinación.
La Veracidad y la Transparencia, deben acompañar al funcionario honrado. Si no se es veraz, no se es honrado y si no se es transparente, es posible que se oculte alguna falla o debilidad que no sean compatibles con la honestidad.
Agreguemos a estos valores elementales la necesidad de una Fundamentación y evaluación, antes de cada acto, de cada tarea y a ello debemos agregar el; Ejercicio adecuado del cargo, respetando las normas que regulen su actividad, y su responsabilidad.
Esto supone también un Uso adecuado de los bienes públicos que están bajo su responsabilidad; y un uso adecuado del tiempo, sea este propio de su función o agregado por situaciones de emergencia.
El funcionario público debe respetar algunos sistemas, destinados a proteger los bienes de la comunidad y tener un detalle de los bienes propios de cada funcionario mediante un Régimen de declaraciones juradas públicas.
También es necesario que se fijen con claridad, qué debe darse, además de su salario a cada funcionario en cada tarea o rol que le toque desempeñar. Esto se regula mediante un Régimen de beneficios. No todo son exigencias, pero esto que es retribución, también requiere una serie de normas tendientes a evitar las violaciones al principio de igualdad o al de premiar al mejor.
Y en cuanto a regalos. Los funcionarios deben tener reglas muy claras, para evitar maniobras de tipo penal, en detrimento de los bienes a su cargo o de la honestidad de las acciones públicas.
Tres valores son indispensables para cubrir toda la función que desempeñe en todo el tiempo en que lo haga. Estas son Rectitud, justicia y equidad:
Debe tener el funcionario Igualdad de trato con cada ciudadano o ciudadana a fin de no dar favores ni ventajas que rompan la igualdad necesaria
Debe someterse cada funcionario a un; Régimen de incompatibilidades y conflictos de intereses; de manera que sus acciones laborales o funcionales en la esfera pública no se conecten con tareas particulares propias o de parientes o amigos.
Debe tener el funcionario Independencia de criterio; y Equilibrio en sus decisiones
Respetará ; Los principios en las contrataciones públicas (Publicidad, Igualdad, Concurrencia y Razonabilidad)
Es fundamental que la Buena fe y la colaboración, presidan todos sus actos, de manera que sea confiable a sus superiores y a los ciudadanos, que lo eligieron o que sostienen su sueldo con sus impuestos.
Para no reclamar demasiadas cosas a los funcionarios públicos agregaremos  la necesidad de que todos tengan Dignidad, Honor; Decoro; Austeridad y Tolerancia.
Todo esto que enumeramos no es parte de un Cuento para Niños, no para nada, se trata de los principios que rigen el código de Ética de la Función Pública, vigente por cierto.
Quienes tengan la suerte de ser funcionarios o de ser elegidos para que lo sean, deben respetar estos valores, estas normas y sobre todo saber que la función publica requiere una profunda vocación de servicio.
Quienes elijan gobernantes tomen también nota de todo esto que es la base para conocer al candidato adecuado, más allá de las ideologías y los proyectos.