domingo, 27 de septiembre de 2009

LA ETICA

EDITORIAL
Ética, una breve palabra que en estos últimos días ha estado en boca de todos, quizá no precisamente con sus cinco letras, sino más en los conceptos de quienes hoy por hoy se refieren a los hechos de la vida política de nuestra comunidad, ya sea a nivel nacional, provincial o municipal. Muchos hablan de ética sin saber siquiera que la están nombrando.
La ética es parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre, se trata, en suma se las obligaciones que tienen las personas consigo mismas y con la comunidad a la que pertenecen, y que responden a una escala de valores consensuada.
La ética responde a una órbita privada de cada individuo, pero que afecta al prójimo; no es de extrañar que en nuestro país se hayan redactado todo tipo de normas que van desde la Ley de Ética Pública sancionada por el Congreso de la Nación hasta reglamentaciones de los Colegios Profesionales establece reglas generales sobre deberes y pautas de comportamiento ético.
Y sin embargo es de lamentar que se haya llegado a esos extremos de tener que legislar sobre cuestiones que son de público conocimiento; lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué está pasando en nuestra sociedad que hay que reglamentar qué acciones de un funcionario o un profesional son acordes a la moral y cuales no?
Evidentemente hay un deterioro en alguna parte, podemos achacarlo a la falta de educación, a la pobreza, a los medios de comunicación, al gobierno… en fin, tenemos muchos y probables culpables; pero cómo comprender que personas que han tenido una buena educación, una formación profesional e incluso ocupan un lugar preeminente en la sociedad, se comporten en forma amoral.
Quizá la respuesta sea que esos individuos que se encuentran en una posición desde la cual pueden regir los destinos de otros prescinden de la ética por considerarla un impedimento a sus ansias de poder o tal vez, saciada su anhelo de poder se crean exceptuados de cumplir con los más mínimos valores morales.
Y aquí ya estamos tratando, específicamente de la ética en la política. . La política es el elemento esencial que facilita que las actividades de la sociedad armonicen, es el instrumento propicio para el desarrollo de la solidaridad, la justicia y la fraternidad, es la teoría sobre la práctica de los valores.
Pero la mayoría de nuestros políticos suponen que la política es tan sólo la búsqueda del poder, quizá siguiendo erróneamente a Maquiavelo que decía que la política es "el arte de conquistar el poder" y entonces se dedican de lleno a esa actividad olvidado que cuando son elegidos para un cargo público deben desempeñarlo buscando el beneficio de la comunidad, el siempre escurridizo “bien común”.
La función pública no es el espacio creado por la sociedad para satisfacer ansias personales, sino una tarea de servicio a la comunidad, un servicio que se debe brindar al prójimo y hacerlo con ética, respetando las normas morales.
Es por eso que hoy reafirmamos el respeto a nuestro compromiso y nuestra decisión de cambiar la forma de hacer política, de devolver a esta antigua ciencia del arte de gobernar el sentido ético que se ha ido desvirtuando y la mejor forma de hacerlo es demostrarlo con hechos…. Porque como decía un recordado argentino “Mejor que decir es hacer…”.