BALANCE,¿QUE HACER?

EDITORIAL

Hace cinco años, en el año 2003, estábamos saliendo, de una profunda crisis.
Se terminaba el año.....un año en el que hicimos ejercicio de democracia representativa, votando y votando desde La Quiaca a Ushuaia.
El 2002, había sido un año de adiestramiento para salir del pantano a que nos llevaron los políticos argentinos....y sus socios y cómplices que fueron muchos y nosotros mismos que miramos el espectáculo desde fuera.

Recordemos que ante el hundimiento de la República, nos pusimos a reflexionar, a juntarnos, a imaginar salidas coherentes para nuestra maltratada Nación.
Y, tomamos la curación de nuestros males con lo que en épocas de mi abuela eran remedios caseros, pusimos una cataplasma de indignación sobre nuestros anhelos derruidos y para el dolor de cabeza un comprimido de televisión con opiniones de economistas, sociólogos y comunicadores sociales.
Además toda una pléyade de políticos “progresistas” de mentira , haciendo coro.
Estos remedios calmaron nuestros nervios y después al ritmo de la radio la TV y los “diarios serios”, nos fuimos tranquilizando y volvimos a la vieja política, que nos anestesió con promesas , y nos hizo repetir lo que ya habíamos experimentado en nuestra propia piel, pero ahora con la esperanza de que todo iría mejor.
Miramos las tablas de los economistas, los porcentajes de las industrias, el consumo de los supermercados y nos quedamos contentos.

Pero. Los estudiantes secundarios siguieron fracasando en sus exámenes de ingreso a las facultades.....La educación, no mejoró y siguió detenida
Seguimos prefiriendo el ruido, la distracción, lo superficial, y lo foráneo.
A pesar de todo, el balance era positivo, paramos la crisis, detuvimos la caída de la industria, levantamos la producción agrícola ganadera.
Pero la cultura del trabajo no avanzó
La cultura Política produjo el Gran Fraude

Hoy tenemos que empezar a hacer luego de cinco años un nuevo balance .
Mi balance es optimista, por que he visto que en el alma de nuestro pueblo hay reservas que van a servir para salir adelante.
Nuestro pueblo en momentos muy difíciles de nuestra historia demostró que tiene valores, que tiene fuerza y que tiene un sentido lógico, inigualable.
Nuestro Pueblo no atiende a las voces de la pretendida intelligentzia de los poderosos .
Nuestro Pueblo ha demostrado que pese a las dificultades, se introduce como los ríos cuando crecen por las mas pequeñas brechas y logra hechos culminantes y liberadores
Por eso mi balance es optimista.
Los valores de nuestra comunidad, están latentes y aparecen en muchas manifestaciones individuales y colectivas de solidaridad, de apoyo a nuevas formas de política y de apertura a la cultura del trabajo.
Nosotros no debemos repetir lo que hacen los analistas, que describen su realidad y allí se detienen.
Un análisis político debe completarse con , una propuesta de acción,.
Y la respuesta va dirigida, no a las cosas, sino a los hombres y mujeres de nuestra Patria..
Se trata de organizar la formación de nuevas militancias y conducciones políticas .
Hay que empezar por el principio, por las cosas más simples , que son las que van sustentando luego a las mas complicadas
Hay que volcarse a la tarea de mejorar con cada militante la honestidad, la lealtad y la vocación de servicio.
Esto provocará a futuro el mejoramiento de la conducción política sin mayores complicaciones.
Con los chicos hay que empezar logrando que estudien, aprendan a leer y escribir, que es aprender a pensar.
A lo jóvenes hay que mostrarles ejemplos, modelos de hombres y mujeres capaces de ponerse al servicio de la comunidad y respetar al otro. Y formarlos a partir de esto.
Muchos políticos dicen “Y bueno , nos ha tocado este tiempo”.
Pero los tiempos históricos no se eligen, ni nos llegan por sorteo.
Los tiempos históricos se construyen.
Recordemos que la historia no es solo tiempo, sino que es voluntad humana en acción y eso lo ponemos nosotros, todos nosotros.
Por eso la pregunta clave de la Política es “ ¿Que hacer?”.
Y bueno es terminar un balance político ,dándole una respuesta
La respuesta es simple
Hay que organizar la acción política en base a
la participación,
la honestidad,
la lealtad y
la vocación de servicio.
Con esto podemos encarar cualquier proyecto consensuado.
Juntos podemos