EDITORIAL
Un nuevo año ha comenzado, y sin dudas que no es un año mas, es el año del Bicentenario de nuestra Nación.
Cuanto tendremos que hacer para que ella se sienta orgullosa de sus hijos, unirnos, comprometernos, aprender a escucharnos y respetar al que piensa distinto, por una mayor inclusión social habrá que trabajar seguro, y la lista seguramente seria extensa, pero empecemos por lo mas cercano, por nosotros mismos, allí esta la punta de la madeja decían las abuelas….
En nuestro pago chico el panorama no es muy distinto, en charlas de sobremesa, con motivo de las Fiestas, salio el tema de si éramos coherentes con lo que hacíamos? Si el programa siempre había dicho lo mismo? O si había mutado, cambiado… El Trébol siempre fue asi?
No es que sea difícil explicar con palabras, pero lo mejor es volver a leer lo ya expresado en este espacio
Hace tres años, al iniciarse el 2004, estuvimos reflexionando sobre la crisis cultural que atravesamos en
“En la relación entre nosotros, vecinos de una ciudad, ponemos en vigencia valores, de conducta, de propósitos y de acción, que son imprescindibles para mejorar nuestras relaciones cotidianas. Por eso debemos ser justos, solidarios, cooperadores, leales, Por que es cierto que podemos usar o practicar otros valores, como la competencia, o subvalores como la codicia, o una filosofía como el materialismo, todos elementos que hacen difícil y pesada la convivencia.
Además una sana relación, donde prevalezca el bien común sobre los bienes particulares, lleva directamente a obrar con sentido común, con lógica, con urbanidad.”
¿Tiene esto que afirmábamos alguna relación con la realidad de
Resulta que
Por eso en la ciudad propusimos, desde que nos lanzamos a este campo de la política, que todos y cada uno de nosotros se comprometiera a tener determinados valores como guías de sus conductas.
Claro que estos años de experiencia, nos han mostrado un arco, un abanico de conductas, que hoy debemos evaluar con toda la seriedad posible. Hay que desechar la deslealtad, el doble discurso, la codicia, la falta de claridad, la envidia. Como también el temor, la mentira, el tapujo, el chisme.
Y hay que actuar con solidaridad, con lealtad, con claridad, de frente, con ese afecto que es común a los hombres, que es la amistad, la fraternidad, el compañerismo.
Llegamos a este 2007, algo diferentes, las experiencias que nos brindó la política nos tienen que haber enriquecido.
Por eso el mensaje de hoy, para este año es optimista, por que la mayoría de la gente no es corrupta, no es mentirosa, no es desleal.
Hay que buscarla conociendo ya los modelos de lo malo, lo chismoso, lo embustero. Y el trabajo es más fácil.
Claro que siempre se está expuesto a los avatares que provocan los falsarios.
Que los vecinos sigan viéndonos a través de valores y no de la picardía, la avivada, la trenza o la riqueza. Un análisis del tablero político aún para el más distraído, indica que la gente quiere cambiar, que ya ha pasado de la espera a la acción y ese tablero parecido a un laberinto, va a ser sencillo con un gran avance hacia lo nuevo, lo honesto, lo transparente.
Este principio de año, esta marcado por una marcha hacia
Gracias a Dios comienza un nuevo año, el séptimo con este espacio al aire y con absoluta tranquilidad podemos decir….si, hemos sido coherentes, seguimos pensando y diciendo lo mismo, y nuestra acción complementa lo anterior, que en esta época de travestismo y verdades relativas no es poco…..
Gracias por acompañarnos y que tengamos un Excelente año para todos
