lunes, 22 de febrero de 2010

HABIAMOS HABLADO DE LA DEUDA SOCIAL...

EDITORIAL

A mediados de Agosto del año pasado desde estas Editoriales hacíamos referencia a la deuda social en La Falda, y allí planteábamos la necesidad de la activa participación de todos los sectores de la comunidad, para poder realizar un diagnostico certero de nuestra realidad y poder actuar en consecuencia. Creemos que no es descabellado pensar en una mejor calidad de vida para todos y la obligación de cada uno de nosotros es trabajar para poder saldar esa deuda

Esta semana llego a mis manos el documento de la conferencia episcopal argentina de noviembre de 2008 en el que Los Obispos de la Argentina en su 96ª Asamblea Plenaria planteaban que “Con vistas al Bicentenario 2010-2016, creemos que existe la capacidad para proyectar, como prioridad nacional, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social. Estar a la altura de este desafío histórico, depende de cada uno de los argentinos. “La gran deuda de los argentinos es la deuda social. Podemos preguntarnos si estamos dispuestos a cambiar y a comprometernos para saldarla. ¿No deberíamos acordar entre todos que esa deuda social, que no admite postergación, sea la prioridad fundamental de nuestro quehacer?”[1]. No se trata solamente de un problema económico o estadístico. Es, primariamente, un problema moral que nos afecta en nuestra dignidad más esencial y requiere que nos decidamos a un mayor compromiso ciudadano. Pero sólo habrá logros estables por el camino del diálogo y del consenso a favor del bien común, si tenemos particularmente en cuenta a nuestros hermanos más pobres y excluidos”.

Lo positivo, es que un tema del que no se hablaba hasta no hace mucho tiempo, o que era mejor no hablar para algunos, empieza a salir a la superficie, a figurar en la agenda pública, muchos sectores de la sociedad hoy concuerda que uno de los problemas mas graves que enfrentamos es La deuda social con nuestros conciudadanos.

Y esto me recuerda las promesas del Gobernador de la provincia de entregarle a nuestro intendente en el transcurso de este año (año preelectoral, por cierto) alrededor de siete millones de pesos para remodelar la Terminal de ómnibus y la Av. Edén.

Creemos que nadie se opondría a refuncionalizar la Edén y mucho menos cambiarle la cara a la deslucida Terminal, pero la cuestión es: no será mucha plata para eso? no hay otras prioridades?, no habrá problemas mas urgentes que resolver en la ciudad? La deuda social seguirá siendo problema del gobernante que venga?

Cuando el vecino de a pie se sienta y piensa que con esa plata se podrían construir casi 150 viviendas, o equipar el Hospital como corresponde con ambulancia incluida, instalar dispensarios en los barrios, generar fuentes genuinas de trabajo, playones deportivos, hay algo que no le cierra.- Ni el ni nadie discute que la avenida va a quedar linda y que los turistas cuando lleguen a la ciudad se van a encontrar con un lugar decente cuando descienda del colectivo, pero, pero…siempre hay un pero.

Los Obispos se preguntan ¿No deberíamos acordar entre todos que esa deuda social, que no admite postergación, sea la prioridad fundamental de nuestro quehacer?”, sin dudas que seria un paso significativo, pero claro están hablando de acordar, dialogar, consensuar, cosas que lamentablemente en nuestra ciudad parecen archivadas en el baúl de los recuerdos.

Habrá que seguir esperando para poder sentarnos a discutir seriamente que clase de ciudad queremos, cuales son las prioridades, cual es la deuda que tiene el gobierno con sus vecinos y como profundizar cambios que permitan que el bienestar general deje de ser una frase de ocasión para ser realidad.

Que los calores del verano, los ruidos y espectáculos musicales, que las peleas mediáticas del espectáculo y de la política, no nos obnubilen, que no permitan que nos dejemos llevar por las banalidades y dejemos de pensar en lo verdaderamente importante.

Animémonos a sentarnos todos en la mesa a discutir y consensuar como empezamos a resolver los problemas mas urgentes, el vecino de a pie como decíamos anteriormente sin dudas lo va agradecer sinceramente